Mi hijo dejó los pañales.

De esta afirmación nace un gran suspiro, de alivio, de satisfacción. Mi hijo de casi tres años dejó de usar pañales, y no es algo que ocurrió con la facilidad con que han ocurrido otras cosas...
Cómo ya lo sabemos, o lo estamos aprendiendo cada día, cada hijo es un mundo nuevo, nuevas experiencias nos esperan, por lo que las comparaciones no nos sirven, ni a ellos tampoco. Pero sucede que como madres esperamos que ciertos logros sean sencillos si así fueron con otro de  los hijos, y eso no tiene nada que ver.
Mi hijo no quería ni ver el baño, lloraba como un loco al sacarle los pañales, no había frase, ni soborno, ni premio que lograra conquistarlo, sus berrinches y sus lágrimas sólo me llenaban de tristeza y frustración.
Una de las cosas que debo destacar es que recibí consejos y ayuda, su señorita del jardín fue paciente y afectuosa, y acompañó el proceso.Tuvimos que darnos por vencidos varias veces, darle tiempo, esperarlo, y cuando notamos que su predisposición había cambiado, actuamos en conjunto, de ua vez y para siempre.
Los pañales desaparecieron del precioso pañalero en forma de conejo, en su lugar había libritos de cuentos, y en la cómoda los calzoncillos con dibujitos dormían ordenados. Apenas se despertó sacamos los pañales, sin demasiado monólogo, con la precisión de un cirujano. Luego fue quien dio el primer paso, comenzó avisando a veces, otras... (ya lo sabemos), pero la cuestión es que en cinco días el tenía el control total, y ahora,cada vez que va al baño me pregunta ¿Estás contenta?
Claro que estoy contenta, estás creciendo, y yo con vos...

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